SOBRE NOSOTROS
Por voluntad expresa de la Asamblea de Socios Benefactores, se constituyen las ALDEAS DE NIÑOS PADRE ALFREDO J. SPIESSBERGER como Institución de Beneficencia y de servicio a la comunidad, sin fines de lucro y en beneficio de los niños desamparados, bajo el amparo de la Administración de la Iglesia Católica, siendo parte de ella a los efectos de las relaciones a nivel de gobierno y de prerrogativas que pueda recibir en beneficio de los servicios que presta así como también de agrupaciones y gobiernos internacionales, con domicilio legal en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, República de Bolivia y con proyección regional en el Departamento de Santa Cruz. El termino de duración es indefinido. Los niños huérfanos y abandonados que ingresan a las Aldeas de Niños “Padre Alfredo J. Spiessberger” son enviados por la Unidad de Servicio Social dependiente del Estado Boliviano, luego de haber verificado la situación de cada niño y también de parte de la institución mediante la trabajadora social quien hace la respectiva evaluación y su ficha social de ingreso. En algunos casos se han presentado niños abandonados en los predios de las aldeas que luego son reportados a la Unidad de Servicio Social para su conocimiento, en otros casos muchos niños huérfanos han sido traído por los vecinos, viendo la situación de abandono total en que se encuentran, siempre con la respectiva evaluación social. En nuestras Aldeas cada familia vive en una casa propia, formada por grupos de 10 a 12 niños de diferentes edades y sexo, estas casas están encabezadas cada una por una mamá, quien administra su hogar con cierta independencia, allí se van formando lazos familiares entre hermanos y con la mamá. En las Aldeas se mantienen unidos a los hermanos consanguíneos. Nuestros niños van creciendo, formándose con principios sólidos y morales impartidos, tanto en su hogar como en la escuela y la iglesia católica de la comunidad a la cual asisten. Cuando nuestros jóvenes terminan el segundo medio son transferidos a las residencias juveniles, allí reciben una formación profesional y técnica en algunos casos formación de mano de obra calificada. Cada joven decide y elige la carera que estudiará de acuerdo a sus aptitudes o a su nivel intelectual. Nuestros jóvenes se mantienen en estas unidades hasta culminar su formación y estar en condiciones de vivir independientes y valerse por si mismos. Una vez cumplida nuestra misión, integramos a nuestros jóvenes a la comunidad que nos los entregó cuando eran niños, pero formados y convertidos en personas dignas para nuestra sociedad. Sin embargo las puertas de las Aldeas están abiertas para mantener una relación constructiva con nuestros jóvenes, egresados como una familia normal. |